En Palermo podemos visitar, entre otros, la Piazza Marina. Es uno de los lugares más concurridos de esta ciudad, un lugar lleno de vida. Está situada al final de la Vía Vittorio Emanuele, en el casco antiguo de la cuidad. En su interior, además, podremos ver lugares como el parque de Villa Garibaldi, un lugar diseñado en 1863 que cuenta con el árbol más longevo de toda Italia. Se trata de un Ficus, el Ficus macrophylla, una Higuera de Bahía Moretón. Tiene nada más y nada menos que 150 años y 30 metros de altura.
En el cruce de Corso Vittorio Emanuele y Vía Maqueda encontramos otra preciosa plaza, la Piazza Vigliena. Es comúnmente conocida como Quattro Canti. Este nombre le viene dado por los cuatro palacios barrocos que delimitan cada esquina de la plaza.
La Catedral de Palermo también es un imprescindible. Consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, esta catedral fue en su origen una basílica bizantina. No obstante, ha sido reformada a lo largo del tiempo, por lo que es posible ver un sinfín de estilos arquitectónicos en su fachada e interior, como el árabe-normando, el barroco, neoclásico o gótico catalán.
En su interior, entre otros, podemos destacar las capillas, como
la de Santa Rosalía, que cuenta con una preciosa talla de la patrona
del municipio.
No podemos irnos de Palermo sin visitar el Palacio de los Normandos y la Capilla Palatina. Fue la sede de los reyes de Sicilia, actualmente del Parlamento.
El Palacio Real forma parte del conjunto Palermo árabe-normando que, junto con las catedrales de Cefalú y Monreale, están declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En Palermo también hay fuentes. Una de las más curiosas es la Fontana Pretoria. Construida por Francesco Camilliani y Michelangelo Naccherino se proyectó para una residencia privada. No obstante, con el tiempo, el Senado decidió trasladarla al lugar en el que se encuentra hoy. En esta estatua los desnudos no faltan, algo que le dio el sobrenombre de Fuente de la vergüenza. También cuenta con animales mitológicos y monstruos así como la representación de los cuatro ríos de la ciudad.
Sin duda alguna, una de las atracciones más importantes de la ciudad son sus catacumbas. Las catacumbas de los Capuchinos cuenta con más de 8.000 cadáveres que se exhiben en diferentes estados de conservación.
Si quieres ver algún museo en Palermo, te recomendamos el Museo Internacional de las Marionetas Antonio Pasqualino. Es un lugar que encantará a los peques, así que si viajamos con niños puede ser un buen plan.
En Sicilia las marionetas son tradición. Fue inaugurado en 1975 y
cuenta con más de 4.000 artículos entre los que se pueden ver
marionetas, títeres, máquinas teatrales e incluso carteles que
vienen de todo el mundo.
El museo destaca por poseer la colección más grande de pupi, una mezcla de títere de varilla y marioneta. Hay que señalar que la Opera dei Pupi fue declarada una de las Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Para terminar, recordar que los mercados de Palermo son una verdadera maravilla. Podemos visitar el de la Vucciria o el Ballaró. Este último es el más tradicional, el que prefieren los propios lugareños a la hora de comprar.
Los mercados de Palermo son lugares llenos de color, sabores y olores. Rincones preciosos en el que poder mezclarnos con la parte más cotidiana de la ciudad.
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